Quisimos reflexionar sobre las diferentes formas de perder. La más evidente en un equipo deportivo es perder una fecha o un torneo. Todos los que hemos practicado un deporte sabemos lo que se siente; frustración, xx, xx y lo que a veces cuesta reponerse, sobre todo cuando sabemos que todos dieron lo mejor de si mismos.
No nos asusta que nuestros alumnos pierdan, porque nos regala un espacio de reflexión y aprendizajes, individual y grupal. Muchas veces las mejores lecciones de vida, son aprendidas después de una pérdida importante.
Lo que si nos asusta es que pierdan el respeto por sus compañeros, pierdan las ganas de superarse y ser cada vez mejores, pierdan las ganas de soñar y plantearse metas, que pierdan la motivación para alcanzarlas.